El principio de la reflexología
podal es que hay áreas reflejas en los pies que se corresponden con todas las
glándulas, órganos y sistemas del cuerpo.
Las glándulas u órganos
hiperactivos pueden ser ayudados a volver a la normalidad, y a la inversa.
Nuestro cuerpo está provisto de
terminaciones nerviosas en toda la superficie, pero es interesante observar que
en la corteza cerebral son precisamente los pies y las manos los que ocupan un
área mucho más amplia respecto a las demás partes del cuerpo. En consecuencia,
es fácil deducir que a través de una estimulación de las zonas reflejas de los
pies y manos es posible obtener respuestas particularmente vivas por parte del
sistema nervioso.
La reflexología puede ser
válida y útil para personas de cualquier edad, pero en todos los casos el
tratamiento deberá adecuarse a las circunstancias y dosificarse de manera
individualizada.
Dicen que una sesión de
reflexología podal duele porque se están trabajando precisamente esas zonas
relacionadas con ciertos órganos o partes del cuerpo que están bloqueadas. Para
mis pacientes es un masaje muy placentero porque aunque me encuentre con zonas
tensas lo que hago es ir trabajándolas poco a poco, suelo tardar más pero soy
de los que piensan que el dolor tensa, contrae y creo que no es eso
precisamente lo que el paciente necesita. Prefiero estar más tiempo e ir
profundizando poco a poco en esa tensión para que se vaya diluyendo.
Recomiendo a todo el mundo que
lo pruebe por lo menos una vez en la vida.
M.G.B.
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